Este año he tenido el placer de reencontrarme con la literatura japonesa, un género que siempre ha ocupado un lugar especial en mis lecturas.
En febrero de 2024 visité Japón, y más tarde, en Singapur, descubrí una inmensa librería con una sección dedicada a libros japoneses que me fascinó.
Comencé este recorrido con la saga de misterio de Seishi Yokomizo, leyendo “Asesinato en el honjin”. Luego exploré otra serie que le da un giro interesante al género, donde los protagonistas son detectives cocineros que reconstruyen platos a partir de descripciones mínimas, incluso décadas después.
Sin embargo, este post no es sobre esos libros, sino sobre uno que me marcó profundamente: “Antes de que se enfríe el café” de Toshikazu Kawaguchi. Descubrí la saga por accidente en Chile, cuando me llamó la atención un libro titulado “La felicidad cabe en una taza de café”. Al comenzar a leerlo en Vancouver, me di cuenta de que era la segunda parte. Así que, decidido a empezar correctamente, compré el primer libro en Kindle.
La premisa de “Antes de que se enfríe el café” es intrigante: un café donde los clientes pueden viajar al pasado bajo estrictas reglas. La más importante es que no se puede cambiar el presente. Otra, igualmente esencial, es que el viaje dura solo hasta que el café servido se enfría. Estas condiciones determinan si alguien decide o no revivir ciertos momentos del pasado.
El libro presenta cuatro historias que se desarrollan dentro de este café, todas explorando relaciones familiares y de amistad. Me impactó especialmente la historia de la mujer que permanece todo el día en el café, quien para mí simboliza esos fantasmas del pasado que nunca terminamos de soltar. De las historias, las de las hermanas y la madre con su hija resonaron profundamente conmigo. Quizás esto se deba a mi propia sensibilidad como padre, viendo a mis hijas (Dominga y Martina) crecer y reflexionando sobre la importancia del tiempo compartido.
A través de estas historias, el libro plantea una reflexión poderosa: aunque no podamos cambiar el presente, viajar al pasado puede ayudarnos a reconciliarnos con nuestras emociones y ajustar nuestra actitud hacia el futuro.
Algunas veces, sin embargo, llega demasiado tarde para interactuar con quienes hemos perdido, dejando solo la posibilidad de encontrar un nuevo significado para lo que queda por vivir.
Al terminar el libro descubrí que existe una adaptación cinematográfica que abarca más que el primer libro, así que esperaré a leer al menos otro para evitar spoilers.
Ahora estoy listo para que el señor Kawaguchi se lleve mi dinero y así comenzar la segunda parte de esta serie. Lo cual tambien me llevará a reflexionar sobre la importancia de atesorar el presente.
Rating: ⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️